¿Cuándo un niño/a tiene la habilidad de cepillarse sólo los dientes sin ayuda ni supervisión?
Diariamente recibimos padres y madres que nos transmiten una cantidad innumerable de dudas, preguntas y falsos mitos sobre el cepillado dental. Por ello, hoy nos toca aclarar uno que puede incluso crear conflictos entre padres e hijos y es el de “la habilidad y responsabilidad del cepillado dental”, es decir, en qué momento de su vida vuestro hijo/a puede tener la suficiente destreza para realizar una adecuada técnica de higiene oral.
Está ampliamente demostrado que un factor clave para la prevención de la caries es un hábito de higiene oral diario y adecuado. Para conseguir esta meta hay que tener en cuenta dos puntos fundamentales:
¿Cuándo empezar?
Mientras más temprano se comience con el cepillado, más se disminuyen las probabilidades de que el niño desarrolle caries. El objetivo es acostumbrar al bebé a la manipulación de su boca e instaurar un hábito de higiene oral precoz
¿Cómo hacerlo?
Es importante que los padres tengan información adecuada sobre la técnica de cepillado qué es más eficaz para su hijo/a, ya que la técnica a realizar va variar según la edad y las habilidades del niño/a. No se cepilla igual la boca de un bebé sin dientes, con 15 meses o con 4 años. Y tampoco vuestro hijo/a se cepilla con la misma maestría y soltura con 3 años que con 15. Por eso queridos padres es nuestro deber eliminar el falso mito de que un niño de 4 años sabe cepillarse solo por mucho que nos digáis “lo bien que sabe él solito cepillarse y sin mi ayuda”, porque no es así.
Antes de nada, los padres deben tener presente y aprender que:
“El cuidado de la boca de un niño/a es responsabilidad de sus padres”
“El cepillado dental en los niños es efectivo si es realizado por un adulto”
Pero, ¿hasta cuándo? Estas son nuestras PAUTAS DE RECOMENDACIÓN:
Desde bebés hasta los 4 años, el cepillado es responsabilidad absoluta de los padres. Aunque cuando vuestro hijo/a ya posee la capacidad de empuñar el cepillo podemos dejar que juegue pero siempre que los padres hayan realizado previamente el cepillado correspondiente. 1º cepilla el padre/madre, 2º juega el niño/a.
A partir de los 5 años, los padres se siguen encargando del cepillado pero dejando al niño participar según su interés y habilidad. Esta introducción al cepillado se realizará especialmente por la noche ya que existe más tiempo para que el niño se cepille. 1º Se cepilla/juega el niño/a, 2º cepilla el padre/madre. En los cepillados diurnos, tras el desayuno y la comida, es mejor que directamente lo haga el padre/madre ya que el tiempo suele ser más escaso.
Mínimo hasta los 8 años de edad y nunca antes de los 5, es cuando el niño/a ya ha adquirido una habilidad motora adecuada para poder empezar con la etapa de la supervisión. Es decir, nuestro hijo/a realizará el cepillado solo pero los padres observarán cómo lo hace. El padre/madre seguirá haciendo un repaso en el cepillado nocturno.
A continuación os mostramos la escritura de un niño de 11 años (parte superior) y de 5 (parte inferior), para que entendáis que si existe diferencia entre ambas, también la habrá en la destreza para la realización de otras actividades cotidianas de su vida, en este caso el cepillado dental, que requieren un desarrollo adecuado de la motricidad para ser ejecutado de manera correcta.
En la adolescencia, nuestro hijo/a tendrá la destreza suficiente para ser independiente. Pero no hay que olvidar que aunque en esta edad saben cepillarse y mover el cepillo maravillosamente, el tiempo que le dedican y las ganas suelen ser escasas.
Por ello, otro aspecto a tener en cuenta es la MOTIVACIÓN. Los niños copian a sus padres, así van adquiriendo valores, rutinas, hábitos. No olvidéis que somos su modelo, en quién se fijan, a quién imitan. Está demostrado que al final del primer año de vida los niños se han adaptado a las normas dietéticas e higiénicas del hogar.
Por ello, como especialistas en niños para nosotros es fundamental transmitir a los padres y los niños el gran tesoro que es tener una boca sana, enseñar y educar de manera correcta hábitos bucodentales eficaces con la finalidad de que los niños puedan llegar con 80 años con todos sus dientes en boca, porque señoras y señores los dientes no se caen por viejos sino porque no se cuidan de manera adecuada desde el principio.